martes, 22 de agosto de 2017

Interpretaciones divergentes en el campo antiimperialista


Cuando los yihadistas atacaron su país, en 2011, la reacción del presidente sirio Bachar al-Assad fue inversa a la que se esperaba. En vez reforzar los poderes de los servicios de seguridad, optó por reducirlos. Seis años más tarde, su país está saliendo victorioso de la guerra imperialista más grande que se haya visto –después de la desatada contra Vietnam. Ese mismo tipo de agresión está teniendo lugar en Latinoamérica, donde suscita una respuesta mucho más clásica. Thierry Meyssan expone la diferencia de análisis y estrategia del presidente de Siria –Bachar al-Assad–, por un lado, y los presidentes de Venezuela –Nicolás Maduro– y de Bolivia –Evo Morales. No se trata de establecer una especie de competencia entre estos líderes sino de llamarnos a ir más allá de los esquemas políticos y a tener en cuenta la experiencia de las guerras más recientes.

En mayo de 2017, Thierry Meyssan explicaba en Russia Today que las élites sudamericanas están cometiendo un grave error ante el imperialismo estadounidense. En esta entrevista, Meyssan insiste en el cambio de paradigma de los conflictos armados actuales y subraya la necesidad de un radical replanteo sobre la manera de defender la patria.

Sigue adelante la operación de desestabilización contra Venezuela. En su fase inicial, grupúsculos violentos, que realizaban manifestaciones contra el gobierno, asesinaron a simples transeúntes, e incluso a personas que se habían unido a sus protestas callejeras. En una segunda etapa, los grandes distribuidores de alimentos provocaron un desabastecimiento en los supermercados. Posteriormente, desertores de las fuerzas del orden realizaron ataques armados contra la sede del ministerio del Interior y el Palacio de Justicia, llamaron a la rebelión y pasaron a la clandestinidad.

La prensa internacional ha atribuido siempre al «régimen» las muertes registradas durante las manifestaciones, aunque numerosas grabaciones de video demuestran que son asesinatos perpetrados deliberadamente por los propios manifestantes. Basándose en esa información falsa, esa prensa califica al presidente Nicolás Maduro de «dictador», como lo hizo antes –hace 6 años– con el Guía libio Muammar el-Kadhafi y con el presidente sirio Bachar al-Assad.

Estados Unidos ha utilizado la Organización de Estados Americanos (OEA) contra el presidente Maduro, como mismo utilizó antes la Liga Árabe contra el presidente Assad. Sin esperar a ser excluido de la OEA, el gobierno de Venezuela denunció la maniobra y se retiró de esa organización.

No obstante, el gobierno de Maduro ha sufrido 2 reveses:
gran parte de sus electores no acudió a votar en las elecciones legislativas de diciembre de 2015, permitiendo así que la oposición obtuviera la mayoría de los escaños en el Parlamento,
y se dejó sorprender por la escasez artificialmente provocada de alimentos –a pesar de que una maniobra similar ya había tenido lugar en el pasado en Chile, contra el gobierno de Salvador Allende, y en la misma Venezuela, contra el presidente Hugo Chávez. Ante esa crisis, el gobierno necesitó varias semanas para implantar nuevos circuitos de abastecimiento.

Todo indica que el conflicto que está comenzando en Venezuela no se limitará a las fronteras de ese país. Es probable que abarque todo el noroeste de Sudamérica y el Caribe.

Se ha dado un paso adicional con el inicio de preparativos militares contra Venezuela, Bolivia y Ecuador, desde México, Colombia y lo que fue la Guayana británica. Esta coordinación es obra del equipo de la antigua Oficina Estratégica para la Democracia Global (Office of Global Democracy Strategy); unidad creada por el presidente demócrata Bill Clinton y mantenida por el vicepresidente republicano Dick Cheney y su hija Liz. La existencia de esa oficina fue confirmada el actual director de la CIA, Mike Pompeo, lo cual llevó a que la prensa, y posteriormente el propio presidente Trump, hablaran de una opción militar estadounidense contra Venezuela.

Empeñado en salvar su país, el equipo del presidente Maduro no ha querido seguir el ejemplo del presidente sirio Assad. Según el análisis imperante en el seno de ese equipo, se trata de situaciones completamente diferentes. Estados Unidos, principal potencia capitalista, agrede a Venezuela para apoderarse de su petróleo, siguiendo un esquema que ya se ha visto muchas veces en 3 continentes. Ese punto de vista acaba de verse reafirmado por un reciente discurso del presidente boliviano Evo Morales.

Es importante recordar que el presidente iraquí Saddam Hussein, en 2003, y el Guía Muammar el-Kadhafi, en 2011, así como numerosos consejeros del presidente sirio Bachar al-Assad razonaban de esa misma manera. Estimaban que Estados Unidos agredía sucesivamente a Afganistán e Irak, y posteriormente a Túnez, Egipto, Libia y Siria sólo para derrocar los regímenes que se resistían a su imperialismo y controlar los recursos energéticos del Medio Oriente ampliado, o Gran Medio Oriente. Son numerosos los autores antiimperialistas que aún mantienen ese análisis, tratando, por ejemplo, de explicar la guerra contra Siria con la interrupción del proyecto de gasoducto qatarí.

Pero los hechos han echado abajo ese razonamiento. El objetivo de Estados Unidos no era derrocar los gobiernos progresistas –en los casos de Libia y Siria–, ni robar el petróleo y el gas de la región sino destruir los Estados, hacer retroceder sus pueblos a los tiempos de la prehistoria, a la época en que «el hombre era el lobo del hombre».

Los derrocamientos sucesivos de Saddam Hussein y de Muammar el-Kadhafi no dieron paso al restablecimiento de la paz. Las guerras continuaron a pesar de la instalación de un gobierno de ocupación en Irak y, en otros países de la región, de regímenes que incluían a colaboradores del imperialismo completamente contrarios a la independencia nacional. Esas guerras prosiguen actualmente, demostrando que Washington y Londres no aspiraban simplemente a derrocar regímenes, ni a defender la democracia sino a aplastar a los pueblos. Esta es una constatación fundamental que modifica por completo nuestra comprensión del imperialismo contemporáneo.

Esa estrategia, radicalmente nueva, comenzó a ser impartida como enseñanza por Thomas P. M. Barnett desde el 11 de septiembre de 2001. Fue dada a conocer y se expuso públicamente en marzo de 2003 –o sea justo antes de la guerra contra Irak– en un artículo de la revista estadounidense Esquire, y posteriormente en el libro titulado The Pentagon’s New Map, pero parece tan cruel que nadie ha creído que pudiera llegar a aplicarse.

Para el imperialismo se trata de dividir el mundo en dos: una zona estable que goza de los beneficios del sistema y otra zona donde el caos alcanza proporciones tan espantosas que nadie piensa ya en resistir sino sólo en sobrevivir, zona donde las transnacionales pueden extraer las materias primas que necesitan sin rendir cuentas a nadie.

Según este mapa, extraído de un Powerpoint que Thomas P. M. Barnett presentó en 2003 durante una conferencia impartida en el Pentágono, los Estados de todos los países incluidos en la zona rosada deben ser destruidos. Ese proyecto no tiene nada que ver con la lucha de clases en el plano nacional, ni con la explotación de los recursos naturales. Después de destruir el Medio Oriente ampliado, los estrategas estadounidenses se preparan para acabar con los Estados en los países del noroeste de Latinoamérica.

Desde el siglo XVII y la guerra civil británica, Occidente se desarrolló temiendo siempre el surgimiento del caos. Thomas Hobbes enseñó a los pueblos de Occidente a someterse a la «razón de Estado» con tal de evitar el tormento que sería el caos. La noción de caos volvió a aparecer con Leo Strauss, después de la Segunda Guerra Mundial. Ese filósofo, que formó personalmente a numerosas personalidades del Pentágono, pretendía establecer una nueva forma de poder sumiendo una parte del mundo en el infierno.

La experiencia del yihadismo en el Medio Oriente ampliado nos ha mostrado lo que es el caos.

Después de haber reaccionado ante los acontecimientos de Deraa –en marzo y abril de 2011– como se esperaba que lo hiciera, utilizando el ejército para enfrentar a los yihadistas de la mezquita al-Omari, el presidente Assad fue el primero en entender lo que estaba sucediendo. En vez de reforzar los poderes de los servicios de seguridad para enfrentar la agresión exterior, Assad puso en manos del pueblo los medios necesarios para defender el país.

Comenzó por levantar el estado de emergencia, disolvió los tribunales de excepción, liberó las comunicaciones vía internet y prohibió a las fuerzas armadas hacer uso de sus armas si con ello ponían en peligro las vidas de personas inocentes.

Esas decisiones, que parecían ir contra la lógica de los hechos, tuvieron importantes consecuencias. Por ejemplo, al ser atacados en la región de Banias, los soldados de un convoy militar, en vez de utilizar sus armas para defenderse, optaron por quedar mutilados bajo las bombas de los atacantes, e incluso morir, antes que disparar y correr el riesgo de herir a los pobladores que los veían dejarse masacrar sin intervenir para evitarlo.

Como tantos otros en aquel momento, yo mismo creí que Assad era un presidente débil con soldados demasiados leales y que Siria iba a ser destruida. Pero, 6 años más tarde, Bachar al-Assad y las fuerza armadas de la República Árabe Siria han ganado la apuesta. Al principio, sus soldados lucharon solos contra la agresión externa. Pero poco a poco cada ciudadano fue implicándose, cada uno desde su puesto, en la defensa del país. Y los que no pudieron o no quisieron resistir, optaron por el exilio. Es cierto que los sirios han sufrido mucho, pero Siria es el único país del mundo, desde la guerra de Vietnam, que ha logrado resistir la agresión militar externa hasta lograr que el imperialismo renunciara por cansancio.

En segundo lugar, ante la invasión del país por un sinnúmero de yihadistas provenientes de todos los países y poblaciones musulmanes, desde Marruecos hasta China, el presidente Assad decidió renunciar a la defensa de una parte del territorio nacional con tal de garantizar la posibilidad de salvar a su pueblo.

El Ejército Árabe Sirio se replegó en la «Siria útil», o sea en las ciudades, dejando a los agresores el campo y los desiertos. Mientras tanto el gobierno sirio velaba constantemente por el abastecimiento en alimentos de todas las regiones que controlaba. Contrariamente a lo que se cree en Occidente, el hambre ha afectado sólo las zonas bajo control de los yihadistas y algunas ciudades que se han visto bajo el asedio de esos elementos. Los «rebeldes extranjeros» –y esperamos que los lectores nos disculpen por lo que puede parecer un oxímoron–, con abundante abastecimiento garantizado por las asociaciones «humanitarias» occidentales, utilizaron su propio control sobre la distribución de alimentos para someter poblaciones enteras imponiéndoles un régimen de hambre.

El pueblo sirio comprobó por sí mismo que era el Estado sirio, la República Árabe Siria, quien le garantizaba alimentación y protección, no los yihadistas.

El tercer factor es que el presidente Assad explicó, en un discurso que pronunció el 12 de diciembre de 2012, de qué manera esperaba restablecer la unidad política de Siria. Resaltó específicamente la necesidad de redactar una nueva Constitución y de someterla a la aprobación del pueblo por mayoría calificada, para realizar después una elección democrática de la totalidad de los responsables de las instituciones, incluyendo –por supuesto– al presidente.

En aquel momento, los occidentales se burlaron de la decisión del presidente Assad de convocar a elecciones en medio de la guerra. Hoy en día, todos los diplomáticos implicados en la resolución del conflicto, incluyendo a los de la ONU, respaldan el plan Assad.

A pesar de que los comandos yihadistas circulaban por todo el país, incluyendo la capital, y asesinaban a los políticos hasta en sus casas y junto a sus familias, el presidente Assad estimuló a los miembros de la oposición interna a hacer uso de la palabra. Assad garantizó la seguridad del liberal Hassan el-Nouri y del marxista Maher el-Hajjar para aceptaran, al igual que él mismo, correr el riesgo de presentarse como candidatos en la elección presidencial de junio de 2014. A despecho del llamado al boicot que lanzaron la Hermandad Musulmana y los gobiernos occidentales, y desafiando el terror yihadista, a pesar de que millones de sirios habían salido del país, el 73,42% de los electores respondieron al llamado de las urnas.

Por otro lado, desde el principio mismo del conflicto, el presidente Assad creó un ministerio de Reconciliación Nacional, algo nunca visto en un país en guerra. Confió ese ministerio al presidente de un partido aliado, el PSNS, Alí Haidar, quien negoció y concluyó más de un millar de acuerdos de amnistía a favor de ciudadanos que habían tomado las armas contra la República, muchos de los cuales decidieron incluso convertirse en miembros del Ejercitó Árabe Sirio.

A lo largo de esta guerra, y a pesar de lo que afirman quienes lo acusan injustamente de haber generalizado la tortura, el presidente Assad no ha recurrido nunca a medidas coercitivas en contra de su propio pueblo. No ha instaurado ni siquiera un reclutamiento masivo o un servicio militar obligatorio. Todo joven tiene siempre la posibilidad de sustraerse a sus obligaciones militares y una serie de pasos administrativos permite a cualquier varón evitar el servicio militar si no desea defender su país con las armas en la mano. Sólo los exiliados que no han realizado esos trámites pueden verse en situación irregular en relación con esas leyes.

A lo largo de 6 años, el presidente Assad ha recurrido constantemente al respaldo de su pueblo, otorgándole responsabilidades, y ha hecho a la vez todo lo posible por alimentarlo y protegerlo. Y ha corrido siempre el riesgo de dar antes de recibir. Así se ha ganado la confianza de su pueblo y es por eso que hoy cuenta con su activo respaldo.

Las élites sudamericanas se equivocan al ver en la situación de hoy la simple continuación de la lucha de las pasadas décadas por una distribución más justa de la riqueza. La lucha principal ya no es entre la mayoría del pueblo y una pequeña clase de privilegiados. La opción que se planteó a los pueblos del Gran Medio Oriente, y a la que pronto tendrán que responder también los sudamericanos, no es otra que defender la Patria o morir.

Los hechos así lo demuestran. El imperialismo contemporáneo ya no tiene como prioridad apoderarse de los recursos naturales. Hoy domina el mundo y lo saquea sin escrúpulos. Ahora apunta a aplastar a los pueblos y destruir las sociedades de las regiones cuyos recursos ya explota hoy en día.

En esta nueva época de violencia, sólo la estrategia de Assad permite mantenerse en pie y preservar la libertad.

Thierry Meyssan

Así “tranquiliza” Estados Unidos a los europeos


Ya se sabe que si Estados Unidos financia el despliegue de sus tropas en el oeste y el centro de Europa es… por puro altruismo, para proteger a los europeos ante la amenaza de invasión rusa. Pero la Historia nos muestra que las tropas rusas nunca invadieron Europa. De hecho, sucedió lo contrario, y más de una vez: Napoleón invadió Rusia en 1812 y en 1941 se produjo la invasión desatada por Adolf Hitler. En realidad, la “preocupación” de Estados Unidos por la seguridad de los europeos busca proteger el suelo estadounidense desplazando hacia Europa la línea de fuego de un posible enfrentamiento militar.

Durante el año fiscal 2018 –que comienza el 1º de octubre de 2017– la administración Trump elevará en más de 40% las sumas asignadas a la «Iniciativa para Reasegurar Europa» (ERI), iniciativa que emprendió la administración Obama después de «la invasión rusa ilegal de Ucrania en 2014». El anuncio proviene del general estadounidense Curtis Scaparrotti, jefe de las fuerzas de Estados Unidos acantonadas en Europa y, por consiguiente, igualmente Comandante Supremo de las fuerzas de la OTAN.

El financiamiento de la ERI comenzó con 985 millones de dólares invertidos en 2015, aumentó a 3 400 millones en 2017 y en 2018 debería llegar –según el pedido de presupuesto– a 4 800 millones.

O sea, en 4 años Estados Unidos gasta 10 000 millones de dólares para «aumentar nuestra capacidad de defender Europa contra la agresión rusa». Casi la mitad del gasto previsto para 2018, 2 200 millones de dólares, se destina a reforzar el «preposicionamiento estratégico» estadounidense en Europa, o sea los arsenales que –en posiciones avanzadas– permiten «el despliegue rápido de fuerzas en teatros de guerra».

Otra parte importante de ese financiamiento, 1 700 millones de dólares, se destina a «aumentar la presencia rotatoria de fuerzas estadounidenses en toda Europa». Los porcientos restantes, que se elevan cada uno a cientos de millones de dólares, van al desarrollo de la infraestructura de las bases en Europa para «aumentar la rapidez de las acciones estadounidenses», a la intensificación de los ejercicios militares y al entrenamiento para «acrecentar la rapidez y la inter-operatividad de las fuerzas de la OTAN».

Los fondos de la ERI, según especifica el Mando de Estados Unidos en Europa, son sólo una parte de los fondos destinados a la «Operación Atlantic Resolve, que demuestra la capacidad estadounidense de respuesta ante las amenazas contra los aliados».

En el marco de esa operación, en enero pasado se trasladó a Polonia, desde Fort Carson, en Colorado, la 3ª Brigada Blindada, que cuenta 3 500 hombres, 87 carros de asalto, 18 piezas de artillería motorizada, 144 vehículos de combate Bradley, más de 400 Humvees y 2 000 vehículos de transporte. Durante el año, la 3ª Brigada Blindada será reemplazada por otra unidad para que haya un despliegue constante de fuerzas blindadas estadounidenses en suelo polaco. De allí, sus unidades serán trasladadas a otros países del este de Europa, con fines de entrenamiento y realización de ejercicios, principalmente en Estonia, Letonia, Lituania, Bulgaria, Rumania y probablemente también en Ucrania, o sea que estarán siempre desplegadas a las puertas de Rusia.

También en el marco de esta operación en febrero pasado se trasladó a la base de Illesheim, en Alemania, desde Fort Drum, en Nueva York, la 10ª Brigada Aérea de Combate, con más de 2 000 hombres y un centenar de helicópteros de guerra. De Illesheim, esas fuerzas de intervención son enviadas a «posiciones avanzadas» en Polonia, Rumania y Letonia. En las bases de Amari (Estonia) y de Graf Ignatievo (Bulgaria), están posicionados cazabombarderos de Estados Unidos y de varios países de la OTAN, incluyendo Eurofighter italianos, para la «vigilancia aérea» del Báltico. La operación incluye además «una presencia persistente en el Mar Negro», con la base aérea de Kogalniceanu (Rumania) y la base de entrenamiento de Novo Selo (Bulgaria).

El plan es evidente. Después de haber propiciado el putsch de la Plaza Maidan y con ello una nueva confrontación con Rusia, Washington –a pesar del cambio de administración– mantiene la misma estrategia: convertir Europa en primera línea de una nueva guerra fría, favoreciendo así los intereses de Estados Unidos y su relación de fuerza con las más grandes potencias europeas.

Los 10 000 millones de dólares que Estados Unidos invierte para «tranquilizar» a los europeos en realidad se usan para hacer que Europa sea menos segura.

Manlio Dinucci

Yemen: El más rico tuvo que agacharse ante el más pobre


Luego de más de dos años de invasión y la muerte de miles de personas, Arabia Saudí quiere retirarse de la guerra contra el país más pobre del mundo árabe, es decir, Yemen.

Esto fue revelado a través de los correos filtrados del embajador de Emiratos Árabes Unidos en Washington, Yusuf al-Otaiba. Los correos ponen de relieve que el príncipe heredero saudí, Mohamad bin Salman, confiesa explícitamente ante el exembajador de EEUU en territorios ocupados de Palestina, Martin Indyk, y el exasesor de la Seguridad Nacional de EEUU, Stephen Hadley, que su país quiere salir lo más pronto posible de Yemen.

En este artículo pretendemos estudiar los motivos del inicio de la invasión saudí, además de analizar las consecuencias de esta guerra devastadora para tanto yemeníes como los propios saudíes.

Objetivos saudíes en Yemen

Arabia Saudí invadió Yemen, el pasado marzo de 2015, junto con sus aliados para conseguir los siguientes objetivos: restablecer en el poder al expresidente fugitivo yemení, Mansur Hadi, oponerse a la concesión de cualquier cargo al expresidente, Ali Abdolá Saleh, en el futuro político del país, debilitar al movimiento popular Ansarolá y conseguir que estos depongan sus armas.

Estos fueron los objetivos que declaró oficialmente Riad pero detrás de la escena existe otra realidad. De hecho, las verdaderas causas que se esconden detrás de esta invasión se pueden ubicar en tres contextos: local, regional e internacional. Es decir, la guerra se llevó a cabo para desviar la atención de opinión pública saudí sobre los problemas internos que enfrenta el país, impedir la propagación del despertar del pueblo yemení hacia el territorio saudí, a causa de la preocupación de Riad por la relación entre los chiíes residentes en Yemen y los suyos, prevenir el fortalecimiento de los chiíes en Yemen, luchar contra la influencia de la República Islámica de Irán en sus cercanías, intensificar la iranofobia, así como luchar contra el eje de Resistencia y presentarse como un poder regional.

Fracaso saudí en Yemen y la crisis humanitaria

Transcurridos más de dos años, no solo Riad no ha podido devolver el poder a Mansur Hadi, sino los combatientes del Movimiento Ansarolá siguen ganando más influencia en la escena sociopolítica yemení. Además, los saudíes se han enfrentado con una crisis financiera, la intensificación de los problemas internos, la pérdida de su prestigio militar, el aumento de la influencia de varios grupos terroristas en sus fronteras (Daesh y Al-Qaeda), además de ser testigo de las crecientes protestas en su contra, tanto en Yemen como en otros países.

Teniendo en cuenta estos factores que revelan el fracaso saudí, la guerra yemení se convirtió en una de desgaste cuyo resultado ha sido la destrucción casi total de las infraestructuras e instalaciones vitales yemeníes. Durante dos años de constantes ataques, los aeropuertos, centros de salud, escuelas, edificios públicos, carreteras, puentes, sistemas de abastecimiento de agua y electricidad han quedado destruidos, especialmente en aquellas zonas donde se encuentran los combatientes de Ansarolá. Se estima que el daño ocasionado en Yemen es de unos 50 mil millones de dólares. En este contexto, en agosto pasado, un informe conjunto del Banco Mundial, la ONU, el Banco de Desarrollo Islámico y la Unión Europea (UE), revela otro dato, y señala que la invasión ha ocasionado daños por unos 7 mil millones de dólares a la infraestructura y más de 7 mil millones más a los sectores de la economía y la producción.

Además, el pobre país árabe está experimentando una crisis humanitaria sin precedente desde 1945. Aunque, Arabia Saudí y sus aliados en un inicio anunciaron que su objetivo es luchar contra Ansarolá, en realidad, en el terreno pasó otra cosa, es decir, son los civiles quienes están pagando con su vida esta campaña bélica. Niños, mujeres, jóvenes y ancianos mueren cada día debido a los bombardeos saudíes o de la hambruna. De hecho, el régimen de Riad ha bloqueado Yemen por aire, mar y tierra, y no permita la llegada de ayuda a los afectados por la guerra. Durante más de 28 meses de invasión, unas 12 mil personas han perdido la vida y decenas de miles han resultado heridas. En este mismo contexto, el jefe de asuntos humanitarios de la ONU, Stephen O'Brien, destacó que actualmente, el país es escenario de la "peor crisis humanitaria en el mundo", donde dos tercios de sus 18,8 millones de habitantes necesitan asistencia y más de 7 millones "ignoran de dónde provendrá su próximo alimento”, recordando los desplazamientos masivos de la población debido al conflicto que experimenta el país.

Otro daño resultado por la guerra y bloqueo ha sido la cólera que como una sombra de muerte está cobrando la vida de los yemeníes. Según, la Organización Mundial de la Salud cada hora un yemení pierde la vida por esta enfermedad.

Ahora, ante la catastrófica situación de los yemeníes y una eventual retirada de Riad de la guerra, se debe plantear la cuestión de que ¿quién o qué organismo son responsables de la destrucción y las vidas pérdidas en Yemen?

De hecho, por un lado, Arabia Saudí atacó su país sureño sin ninguna excusa y bajo el silencio de las organizaciones competentes y por el otro, una nación se vio afectada también sin ninguna excusa y bajo el silencio de los que supuestamente son responsables de mantener la paz y preservar los derechos humanos. 

Si bien, Arabia Saudí sale de Yemen con una sola frase: nos retiramos de la guerra con Yemen, las consecuencias y los daños ocasionados al país pobre del mundo árabe persistirá por mucho tiempo. Por lo tanto, hay que adoptar una medida para impedir guerras de este tipo y la única solución es tener un organismo imparcial que no se rinda ante petrodólares saudíes o los lobbies sionistas, algo que parece poco probable. Entonces la otra opción es la fuerza de los pueblos del mundo quienes apuestan por la paz y derechos humanos y con sus marchas y protestas pueden acabar con las ocupaciones y fuerzas arrogantes.

EEUU despliega menú de opciones para terminar con el chavismo


Las amenazas de Donald Trump, las “sanciones” del gobierno estadounidense, los bloqueos bancarios y financieros, los intentos de aislamiento diplomático, dejan en claro la incapacidad de la derecha venezolana de voltear el tablero y su total dependencia de la voluntad de Washington.

Mientras participa en mesas de diálogo con el gobierno, con un escueto comunicado, la desmembrada Mesa de la Unidad Democrática, intentó responsabilizar al presidente Nicolás Maduro por la amenaza de intervención militar de Donald Trump, cuando sus principales dirigentes fueron protagonistas de las súplicas a gobernantes y funcionarios estadounidenses para que invadieran el país, ante los sucesivos fracasos de todas sus estrategias legales, violentas y terroristas.

Para no ir más atrás –porque el relato se volvería interminable-, en este 2017 importantes dirigentes del antichavismo, Julio Borges, Luis Florido y la devaluada exprimera dama de Voluntad Popular Lilian Tintori, se han fotografiado con importantes funcionarios estadounidenses, dejando prueba gráfica de sus intentos. Suponían que el gobierno venezolanos e iba a amedrentar viéndolos conchupados con la dirigencia de la primera potencia mundial. Lo mismo había intentado, años atrás, María Corina Machado, quien tuvo la valentía –hay que reconocérselo- de fotografiarse con Geoge Bush, y difundir urbi et orbi la foto.

Conscientes de que una imagen vale más que mil palabras (las que difícilmente puedan juntar), tampoco tuvieron empacho en fotografiarse con Luis Almagro, el gerente de Estados Unidos en la Organización de Estados Americanos, ante quien exigían la aplicación de la Carta Democrática. Y en Washington y Miami, donde viajan regularmente, para lograr el bloqueo financiero del país (de su país) por parte de los grandes bancos internacionales.

Julio Borges aparecía fotografiado y sonriente junto a H.R. McMaster, asesor de seguridad nacional de Trump, quizá exigiéndole lo que mejor sabe hacer, intervenir y masacrar poblaciones inocentes e indefensas en nombre de la libertad y la democracia., como lo hizo en la segunda fase de la ocupación de Irak, dándole argumento al surgimiento del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe). Y MacMaster estaba con Trump en la reunión donde anunció la opción militar y amenazó con invadir a Venezuela.

Ya no se trataba de pedir financiamiento para los capacitadores en manejo de redes sociales de los jóvenes de Primero Justicia, ni de los toldos y equipos para guarimbas y terrorismo. Mientras Lilian Tintori y Luis Florido posaban junto a los congresistas Marco Rubio Y Bob Menéndez, operadores de toda y cualquier medida contra el gobierno constitucional venezolano y financistas de la ola terrorista.

El terrorismo islámico

La maniobra propagandística busca fortalecer el relato de que Venezuela es un país promotor del “terrorismo islámico”, por más que Irán y Hezbolá, junto a Rusia y Siria, sean los principales responsables de su inminente derrota en Medio Oriente en los últimos años.

El intento de afianzar un relato demonizador se circunscribe también a otros argumentos contra el país, como el tendencioso e inconsistente reportaje de CNN sobre la conexión entre Tareck El Aissami, vicepresidente ejecutivo de Venezuela, y la entrega de pasaportes venezolanos a “terroristas” de Hezbollah en el Líbano. El senador Marco Rubio tomó esta pieza de propaganda y la presentó ante el senado para justificar sanciones contra funcionarios venezolanos.

Dentro de la misma estrategia, el director de la CIA, Mike Pompeo, aseguró que Venezuela se encuentra influida por Hezbollah e Irán, dos de los actores geopolíticos que Washington ubica dentro del “Eje del Mal,” y que por ello “puede convertirse en un riesgo para los EEUU”. Esta maniobra de “inteligencia” busca fortalecer el relato de que Venezuela es un país promotor del “terrorismo islámico”.

Cabe recordar las sanciones que impuso el Departamento del Tesoro al vicepresidente venezolano Tareck El Aissami, en fabrero de este año, señalado de ser un jefe narcotraficante, claro que sin mostrar pruebas ni evidencias que clarificaran tal acusación. También trataron de asociar a la figura del hijo del Presidente, Nicolás Maduro Guerra, con el Cártel de Los Zetas en México, y al constituyentista Diosdado Cabello con un supuesto plan para asesinar al senador Marco Rubio.

Estos ejemplos expresan no sólo el tratamiento simbólico y narrativo contra Venezuela como un Estado terrorista, narcotraficante y forajido, sino las acciones de fuerza financiera y militar anunciadas que estarían legitimadas, casi que por consecuencia lógica.

Esta es la “narración clara” recomendada por el Consejo del Atlántico al gobierno estadounidense, que permitiría escalar las agresiones contra el país, debido a que EEUU ve en Venezuela una “amenaza inusual y extraordinaria” a sus intereses, basado en el Decreto Obama de 2015, base jurídica e institucional de todo su accionar injerencista y con el que establece un estado de emergencia con relación a Venezuela.

¿Casuales casualidades?

Difícil creer que fue una casualidad que 13 cancilleres con posiciones antivenezolanas se reunieron en Lima para declarar que "Venezuela no cumple con los requisitos ni obligaciones de los miembros del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas", a la misma hora que un preinforme del Alto Comisionado de la ONU -muy sesgado contra Venezuela- se difundía profusamente por los diarios latinoamericanos.

La campaña de terror mediático se acentuó para exigir la suspensión de la elección de constituyentes, mientras las presiones y el chantaje estadounidense sumaba “voluntades” a sus posiciones, como lo hicieron para expulsar a Libia del Consejo.

Ese mismo día se reunieron en Caracas los países del Alba para denunciar las "amenazas imperiales". Fue luego de esta reunión que Trump anunció su opción militar, acompañada por una nueva campaña de terror mediático en busca del rompimiento de relaciones diplomáticas con Venezuela por varios países latinoamericanos, encabezados por México y Colombia, mientras se acentuaba el bloqueo bancario y financiero, parte de la guerra económica.

Vicepresidente que aprieta

El vice presidente de los Estados Unidos, Mike Pence, tras reunirse con el mandatario colombiano Juan Manuel Santos, anunció como arenga de guerra, que EEUU usará todo el poder económico, político y diplomático, pero descartó una intervención miliar. Sopesó que hasta Santos se oponía a una salida militar, al menos con tropas estadounidenses, aunque quizá no descartan agresiones desde las fronteras, con identidades sudamericanas, al menos hasta que puedan organizar un brazo armado en parte del territorio venezolano.

La reacción generalizada en la región, no era esperada en Washington. El vicepresidente va con la línea de mayores sanciones económicas a Venezuela, entre ellas a la industria petrolera.

Pence dijo que su país (¿o su gobierno?) no escatimarán en seguir usando todos los recursos asimétricos posibles hasta que el chavismo salga del poder. Lo mismo que había dicho el jefe de la CIA, Mike Pompeo, sobre el uso de Colombia como principal punto de avanzada, junto a México, en una política coordinada contra Venezuela, que va desde lo militar hasta lo económico y diplomático. Santos puso cara de circunstancias, como siempre.

"Estados Unidos está con usted", le dijo el vicepresidente a Mauricio Macri a su llegada a Buenos Aires y señaló que el gobierno de Donald Trump se siente "muy alentado" por la cambios que puso en marcha. Macri afirmó que compartieron la "preocupación" por la situación en Venezuela.

Macri afirmó que ambos países comparten "la preocupación por lo que están sufriendo los venezolanos", y reiteró la exigencia a Nicolás Maduro de un "cronograma electoral, respeto a las libertades, que libere presos políticos y que respete la independencia de poderes". Pence, en tanto, sostuvo que Venezuela “está poco a poco yendo hacia la dictadura” y dijo que el presidente Trump “quiere trabajar con sus aliados de la región para una solución pacífica a la crisis que enfrenta” ese país. "Lo que estamos viendo en Venezuela es la tragedia de la tiranía", sostuvo sin ningún rubor.

La guerra por delegación

Si bien pareciera que la época de intervenciones directas ha pasado de moda, la verdadera “opción militar” de Trump, pareciera ser la guerra por delegación (proxy war), una vez que se logre una mayor tenaza contra la economía de Venezuela, que justifique la radicalización de estas acciones.

Para los analistas del Consejo del Atlántico, Colombia sería nodal en esa guerra por delegación, base logística para operaciones armadas de desgaste, sabotaje y guerra sucia, encabezadas por grupos mercenarizados, más profesionales que los paramilitares. Este Consejo, financiado por más de 25 países aliados de EEUU, impulsa establecer una “narración creíble” que culpabilice a Maduro por las acciones económicas y políticas en contra de Venezuela por parte de EEUU.

Este think-tank tiene como directoras honorarias a Madeleine Albright y Condolozza Rice, ambas cancilleres de Bill Clinton y George W. Bush respectivamente, y responsables directas de invasiones como las de Kosovo (1999) e Irak (2003). La estrategia la difundió The Washington Post: “En Venezuela, la economía podría hacer lo que la oposición no pudo”.

El silencio cómplice asimismo forma parte de esa “narrativa creíble”, junto a las maniobras que adelanta los norteamericanos contra Venezuela, para que el plan de intervención tome al fin su cauce definitivo.

En contraposición, este 14 de agosto en horas de la mañana, el ministro del Poder Popular para la Defensa, Vladimir Padrino López, leyó un comunicado desde Fuerte Tiuna en el que condena una posible intervención militar de EEUU en Venezuela. Debido a que ha agotado las vías y los métodos indirectos de desestabilización, golpe suave, y de insurrección por delegación, EEUU ha decidido quitarse “la careta para ir por vía directa a la agresión militar contra Venezuela”, dijo Padrino López.

Nuevas opciones desetabilizadoras

No hay una sola estrategia para lograr el fin de terminar con el chavismo, sino hoy Estados Unidos ha puesto varias sobre el tapete, tras el golpe sufrido el 30 de julio que echó por tierra la acumulación insurreccional que venía sumando la derecha durante tres meses. La derecha perdió iniciativa, narrativa, desapareció de la calle.

De un día para el otro los “épicos” dirigentes de la derecha pasaron a ser cobardes y traidores para los sectores más radicales, mientras los grupos de choque (que habían sido bien pertrechados con financiamiento extranjero) súbitamente desaparecieron de las calles. Y el verso de la correlación de fuerzas -supuestamente mayoritaria de la oposición- cayó por su propio peso hasta en los medios de comunicación internacionales.

No confundirse: eso nada tiene que ver con el resultado de las elecciones regionales de octubre, donde la derecha –que se apuró a inscribir sus candidatos pese a desconocer al gobierno- puede conservar varias gobernaciones, sumar algunas otras…o fracasar en el intento.

Y ante este nuevo escenario, barajaron y repartieron las nuevas opciones desestabilizadoras, las económicas y financieras, las diplomáticas, mientras se organiza un brazo armado y se insiste en acciones paramilitares sobre todo sobre cuerpos de seguridad, comercio y transporte de alimentos y combustible.

Por las redes sociales circulan videos de supuestos grupos armados de encapuchados con armas largas (al viejo estilo paramilitar colombiano) y se trata de crear mitos de la llamada resistencia, como el piloto que bombardeó el Tribunal Supremo de Justicia desde un helicóptero robado, o el excapitán (hoy preso) que dice haber comandado el asalto al fuerte Paramacay.

Fracasados en sus intentos de impedir primero, la elección de la Constituyente y luego su instalación, desesperados como parecen estar, se muestran decididos a emplear la acción militar, encabezados por Washington. El gobierno está atento ante cualquier agresión.”Las cosas no están para juego. Es la soberanía e independencia lo que están en riesgo”, señala Eleazar Díaz Rangel, director del diario Últimas Noticias.

¿Qué es la democracia para el régimen estadounidense?


La democracia para el régimen estadounidense es un sistema donde las élites deben poseer el control económico, político, social, humano, de una nación.

Una nación, que funciona acorde con los principios de la Corporatocracia o directorio transnacional propietario de gran parte del planeta (o del todo si fuese posible), basado en un Orden Mundial obligatorio.

Los fundamentos de esta Corporación que domina el gobierno de numerosas naciones, iniciando por EE.UU., Inglaterra, Francia, Arabia Saudí, Rumania, Polonia, varios países latinoamericanos simbolizados por México, entre otros, son cuatro básicamente:

1, poseer todas las riquezas naturales del mundo; 
2, castigar a quien se oponga a sus designios; 
3, provocar una guerra mundial si es necesario; 
4, romper todo asomo de libertad real en cada nación que desafíe sus propósitos imperiales.

Por tanto, son naciones “democráticas” aquellas cuyo gobierno acepta sin contemplaciones vender todas sus riquezas naturales, inclinarse ante dichas autoridades, actuar bajo su influjo, entregar los pueblos para su domesticación.

Cabe reconocer en la Cleptocracia, nombre por el cual también se conoce esta élite, una altísima capacidad de presionar y concientizar a grandes masas de población de que su propuesta es la mejor y, a su vez, sea desconocida en esencia. Debe ser admitida su habilidad para potencializar a individuos con una alta dosis de entrega, que tomen el poder político, militar, religioso, infraestructural, para dicha función.

Son labores de una democracia así enfocada las siguientes: 

1, demoler todo gobierno soberano, al no reconocer las elecciones presidenciales cuando gana un candidato que no es de su afecto, calificarlo como dictadura con el fin de enervar el sentimiento anticomunista, desestabilizarlo hasta el extremo sin importar los pueblos. Las verdaderas dictaduras y la violencia son consideradas democráticas: el caso de Chile en la época de Allende, la oposición en Venezuela, Ucrania, la agresión a Irán, son la confirmación clara. Cuando hay violencia para regresar al sistema capitalista es definido como libertad, es decir, asesinar es válido.

2. Los asuntos internos de todo país son su objetivo…menos los suyos o de sus aliados. El analista Luis Casado manifiesta datos concretos, desconocidos por la opinión pública: según el Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés), en el año 2014 hubo en los EE.UU. 8 mil 124 muertes por disparos de armas de fuego y, según el New York Times, la tasa de homicidios cometidos con armas de fuego es de 31 por cada millón de habitantes, el equivalente de 27 personas asesinadas cada día. México, país controlado por el narcotráfico, tuvo 1.938 homicidios solo en el mes de enero 2017. El caso del banco HSBC, modelo de impunidad, tenía presencia en 75 países, declaraba 54 millones de clientes, colaborando con los carteles de la droga de México y Colombia, blanqueando unos 880 mil millones de dólares. Esto es democracia, así como el “plebiscito” en Venezuela organizado por la oposición, aunque la elección de la Asamblea Nacional Constituyente bajo supervisión técnica y legal no fue reconocida. 

3. La desestabilización como herramienta.

El estímulo al odio, la frustración, la negación del pensamiento o la lógica, apelar al sentimiento por sobre la razón, se ven refrendados en el mensaje de la Casa Blanca a su embajada en Venezuela para retirar a todos los familiares y, a su vez, la orden dada a aerolíneas extranjeras de suspender sus viajes a dicha nación, con el fin de crear un ambiente de guerra civil.

Ello ha llevado a que las fuerzas estadounidenses en el planeta no sean vistas como adalides de la libertad ya que hoy se habla de cobardía y provocación, lo que determina el aumento en la percepción negativa de dichas fuerzas.

A pesar de no haber ninguna resolución de la ONU que permita una intervención en Siria, ni permiso del gobierno para desplegar comandos sobre el terreno, ni apoyar a grupos armados al margen de la ley, USA está quebrantando una vez más la credibilidad de las instituciones internacionales obrando la margen de la legislación aprobada. Estimular a grupos terroristas como Daesh y Al-Qaeda es un principio supuestamente democrático.

4. Guerra de cuarta generación: ocultar y engañar a los pueblos.

Es “libertad de información” que la empresa privada tenga el 100% de los Medios o posea el control estatal de la comunicación. Así, mentir es un postulado fundamental, demostrado en la información dada por Infobae donde reconocían un 12,4% de la votación en Venezuela siendo que era de 41%. Al tener multitud de comentarios sobre la falsificación dada fue borrada de la página principal. El caso de Argentina, donde los controladores de la votación PASO fueron enviados a sus hogares para no conocer los verdaderos resultados, es diciente. Cuando Mike Pence dice que intervendrán militarmente, la prensa calla y no condena dicha “justicia”.

5. Defender a personas que representen sus intereses, otorgando el país como refugio.

La democracia significa proteger a todos los líderes golpistas y sanguinarios del mundo para darles oportunidad de maniobra. La historia es interminable: el criminal Sha de Irán, Reza Pahlavi, Fethulá Gülen de Turquía, Luis Posada Carriles, agente de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, en inglés), Foley (asesino de Orlando Letelier), a ladrones perseguidos por la justicia internacional. Actualmente es la persecución a narcos de gran valor económico con el fin de apoderarse de sus riquezas y la protección a golpistas venezolanos como Ramón Muchacho... todo en aras de la libertad.

En síntesis, la gente honesta y valiente del planeta no puede compartir tal concepto de democracia por su deformación y peligro que entraña para la humanidad. Lo que exige la gente consciente del planeta es que el régimen estadounidense se dedique a resolver sus propios problemas internos, entre ellos, la deuda económica verdadera y política más grande del mundo: cerca de 20 billones de dólares y millones de seres humanos asesinados.

El mandato ético es que dicho régimen resuelva sus propios problemas de coacción, de racismo, de asesinatos, de desaparecidos, de guerras e intervención en otros estados, etc. Lo primero que debe hacer todo ciudadano inteligente es desconfiar de palabras que frecuentemente se escuchan y ven en los Medios afiliados a la Corporatocracia: libertad, democracia, paz, sólo son válidas cuando expresan la equidad y justicia para el mundo.

Sayyed Nasralá: La Resistencia libanesa es hoy más poderosa que nunca


El secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, ha pronunciado un discurso con motivo del 11º aniversario de la victoria de la Guerra de Julio de 2006.

He aquí los puntos principales de su discurso:

La llanura de Jiam es un lugar que tiene un simbolismo particular y es porque su suelo ha sido testigo de éxitos diversos.

Es un lugar que está vinculado al pueblo de Jiam, el pueblo del saber y el conocimiento, el pueblo de la tolerancia y la convivencia entre distintas confesiones. Se trata del pueblo del heroísmo y el valor, pero también del pueblo que conoció al campo de concentración israelí, el campo de Jiam, donde el enemigo intentó romper la voluntad de los residentes, de todo un pueblo; un campo donde los detenidos libaneses resistieron. Ellos lucharon con las armas de la paciencia y la fe.

Como todas las localidades fronterizas, Jiam se situó en la primera línea de defensa. Jiam luchó durante 33 días contra la agresión israelí de 2006. Ella resistió lealmente, a pesar de los miles de ataques y del bombardeo de la artillería, contra el enemigo. Jiam y sus gentes resistieron y lograron éxitos. Ellos se convirtieron en un modelo a seguir en cuanto su valor y heroísmo. La mayor parte de la ciudad fue destruida, pero sus gentes la han reconstruido, ya que, si una parte de sus habitantes son resistentes, que no temen a la muerte, todos ellos son apasionados de la vida y la reconstrucción.

Y si el Valle de Hiyair ha sido llamado la Tumba de los tanques Merkavas, la planicie de Jiam debería ser bautizada como la del Holocausto de los Merkavas. Quiero citar aquí las declaraciones de un alto oficial israelí, que dijo durante la guerra de 2006: “Es difícil describir nuestra situación salvo comparándola a la de una cazería de patos en un lago, totalmente expuestos a los cazadores. Nuestros Merkavas eran un objetivo fácil para los combatientes de la Resistencia. En un momento en que todas sus fuerzas están desperdigadas por la zona nuestros soldados saltaban de sus tanques presa del pánico y se ocultaban entre los matorrales”.

El jefe del Mando del Norte israelí ordenó al jefe de las unidades de los Merkavas “poner fin a esa mascarada que has provocado y en la que un puñado de soldados de Hezbolá han logrado vencer a una unidad de tanques”.

Existe la creencia errónea de que son las armas, las municiones o la alta tecnología las que permiten ganar una batalla, pero esto no es una cuestión de armas sino de hombres valerosos, innovadores, inteligentes, bien formados y determinados.

Una unidad de tanques del Ejército israelí fue vencida por algunos misiles de la Resistencia Islámica. Ésa es la ecuación del hombre frente a la máquina, tal es la verdad de estos hombre que han sido bautizados como “los hombres de Dios” porque han vencido a otros que pretenden formar parte del “pueblo elegido” mientras que, en realidad, son hombres que huyen de la muerte y no osan afrontarla.

En la llanura de Jiam, la Resistencia presentó un modelo de lucha contra un enemigo que se jacta de ser el más poderoso militarmente en hombres y armas. Y por todas partes en el sur del Líbano, hemos asistido al mismo tipo de éxitos. Hoy, 11 años después de la guerra de 2006, la Resistencia es más capaz, más poderosa, en cantidad y calidad, y más experimentada y esto en todos los ámbitos. Dicho de otro modo, hoy cualquiera que sea la fuerza israelí que ataque al Líbano, se deberá enfrentar no a un escenario similar al de la llanura de Jiam, sino a otro cien veces peor. Su derrota será más humillante y más aplastante.

Esta guerra, cuya victoria celebramos en este día y que los israelíes han llamado “la Segunda Guerra del Líbano”, está siempre viva en el recuerdo de los responsables israelíes, de los militares israelíes y de la opinión pública israelí. Una prueba de su incapacidad de recuperarse de la derrota sufrida hace 11 años es que en cada conmemoración, los israelíes no pueden impedir debatirla en sus medios y en sus encuentros políticos y militares porque se trató de un acontecimiento muy importante.

Después de 11 años, los israelíes reconocen su derrota en el Líbano y no ocultan su preocupación por la creciente potencia de la Resistencia. No cesan de hablar de las capacidades militares de Hezbolá, de sus armas, de sus misiles de alta precisión, de sus drones, de la formación de sus combatientes… Ellos reconocen su fracaso por no haber logrado el objetivo de esta guerra contra el Líbano que era el de erradicar a Hezbolá. En su lugar, han conseguido todo lo contrario y se encuentran frente a una fuerza que representa para ellos un serio problema frente al cual se ven impotentes.

Y todos aquellos que apostaron por la erradicación de la Resistencia a través de la agresión contra el Líbano se vieron decepcionados y hoy en día todos aquellos que apuestan por la eliminación de la Resistencia a través de intentos de romper el eje de la resistencia no recogerán tampoco más que decepciones y desilusiones.

Y cuando evoco el poder de la Resistencia, me dirijo al enemigo israelí. Mi discurso no va dirigido al interior del Líbano.

El enemigo se ha dado cuenta, como se ve reflejado en los reportajes y estudios aparecidos, que, con independencia del coste y los objetivos de cualquier futura guerra contra el Líbano, ésta será insostenible, tanto en lo que se refiere en pérdidas humanas como en destrucción material. Israel será incapaz de aguantarlo. Esto es por lo que se escuchan en la entidad sionista voces, incluso en sectores extremistas, que piden evitar cualquier guerra contra el Líbano.

Esta convicción israelí no es el resultado de presiones de EEUU o de la ONU, sino de una toma de conciencia real por parte de los israelíes, basada en los hechos, de que una guerra con el Líbano sería demasiado costosa para que Israel pueda soportarla. Y, dado que Israel no quiere una guerra con el Líbano, las regiones fronterizas de nuestro país están ahora más seguras y protegidas.

Y, además, esta resistencia está protegida por la ecuación Ejército-Pueblo-Resistencia. Vivimos en un mundo donde los débiles son aplastados por los fuertes y donde sólo el fuerte es respetado.

La central de Dimona

A título de ejemplo, en nuestros discursos hemos evocado los depósitos de amoniaco de Haifa. Sin embargo, ¿cómo ha reaccionado la entidad sionista? Ella ha tenido que rendirse a la evidencia de que estas reservas de amoniaco constituían una amenaza y durante meses los israelíes han intentado buscar una solución a este problema, lo cual era delicado dado que estas reservas pertenecen a un norteamericano de la familia de Trump y cuestan miles de millones de dólares. Finalmente, un tribunal de Haifa ha manifestado que era urgente desembarazarse de estos depósitos. Dicho en otras palabras, el enemigo israelí se tomó en serio nuestras amenazas, porque sabe que somos capaces de hacer lo que dijimos y ha respetado nuestro poder.

Dicho esto, aconsejo a los israelíes que se preocupen también por su central nuclear de Dimona, que es mucho más peligrosa que los depósitos de amoniaco de Haifa.

Presiones norteamericanas contra el Líbano

Teniendo en cuenta su incapacidad para desencadenar una guerra contra el Líbano, el enemigo israelí ha recurrido a otros medios. Él apuesta ahora por las presiones de EEUU contra el gobierno libanés y el pueblo libanés. Apuesta por la Administración Trump, que ha desencadenado una campaña de intimidación contra ciertos responsables libaneses, pero también contra toda persona que se exprese positivamente sobre Hezbolá.

La administración norteamericana ha recurrido a las sanciones económicas contra Hezbolá, pero sabed que ninguna ley económica ni sanción podrá doblegar la voluntad de la Resistencia y mucho menos debilitar sus capacidades.

El discurso del presidente Trump durante la reciente visita de Hariri y el discurso de la representante de EEUU en la ONU muestran que Trump no conoce a Hezbolá ni sabe que Hezbolá está en el gobierno y en el Parlamento del Líbano. Tampoco sabe que hasta ahora el gobierno libanés no había combatido al EI ni dado una cobertura política a una confrontación militar contra dicho grupo. La Administración Trump rebosa de ignorancia.

Y cuando Trump califica a Hezbolá de “fuerza destructiva”, de fuerza terrorista, de fuerza peligrosa nosotros le respondemos “Sí”. Somos una fuerza destructiva contra el terrorismo que EEUU ha creado. En sus discursos de la campaña presidencial Trump acusó a Obama y a Clinton de haber creado el EI y de haberlo apoyado.

El EI es una organización reconocida como terrorista por toda la comunidad internacional y Hezbolá ha combatido al EI en Siria y el Líbano. Entonces sí, somos una fuerza destructiva contra el EI y una fuerza peligrosa que amenaza al proyecto israelí; una fuerza que acabó con el proyecto del Gran Israel en 2000 y una fuerza que ha permitido a la Franja de Gaza resistir contra la maquinaria de guerra israelí y vencerla. Y en la guerra de 2006, Hezbolá abortó el proyecto de Condoleezza Rice para crear un nuevo Oriente Medio.

Y, sí, somos una fuerza destructiva contra todos sus proyectos de división y guerras; todas las administraciones estadounidenses han promovido el caos y guerras en la región. Mirad a Israel, esta entidad apoyada por EEUU que masacra y agrede y oprime a todo un pueblo, que le ha robado su tierra, ha ocupado sus casas, ha cortado sus olivos y cuyo gobierno ha sostenido y apoyado las guerras de Siria, Iraq y Yemen.

Hezbolá está junto a las otras fuerzas de la Resistencia y es una fuerza de dignidad, de resistencia y de lucha. Hoy en día, hacemos frente a una campaña de intimidación contra el pueblo libanés y esta campaña se ejerce contra responsables libaneses en reuniones a puerta cerrada o detrás del telón o en encuentros diplomáticas.

Sin embargo, si en las reuniones entre libaneses y norteamericanos, estos últimos amenazan a los responsables libaneses con una nueva guerra de Israel, ¿cómo tal amenaza es posible cuando el propio Israel afirma alto y claro que no quiere otro conflicto contra el Líbano?

El tiempo en el que Israel amenazaba y ejecutaba sus amenazas ya ha pasado.

Si una asociación libanesa planta hoy en día árboles en la frontera libanesa, la entidad sionista presenta una queja contra el Líbano y los cascos azules se presentan inmediatamente para constatar que no se trata más que de árboles. Si un habitante libanés se atreve a mirar a las colonias israelíes, Israel acusa al Líbano de violar la resolución de la ONU y se queja ante el Consejo de Seguridad. Sin embargo, la entidad sionista se permite el lujo de instalar cámaras de vigilancia en la frontera y observa lo que ocurre en nuestras localidades. ¿No es esto entonces una violación de la resolución?

No vamos a dejarnos intimidar y vamos a plantar árboles en todas partes puesto que los árboles, además de su valor ecológico, juegan un papel a nivel de la seguridad.

A mi juicio, este comportamiento de parte de los israelíes es un signo de debilidad y demuestra que estamos en la cumbre de nuestra potencia porque incluso nuestros árboles son una amenaza para Israel.

Mirad cómo los israelíes son los más tristes por nuestra victoria en Arsal contra el Frente al Nusra y por lo que pasa en Siria. Ellos imploran al EI que prosiga la guerra e intente mantenerla todo lo que pueda porque su derrota significa la victoria de Irán, del presidente Assad…

Tres puntos sobre el Líbano

1- Dentro de algunos días los hombres armados que quedaban en Arsal evacuarán la zona y el Ejército recuperará todas las posiciones militares, incluyendo toda la línea de demarcación con el EI y esto nos permitirá retirarnos completamente de la región.

2- Esperamos todos el anuncio del Ejército libanés acerca del inicio de la batalla contra el EI en Ras Baalbeck y Qaa. La decisión se ha tomado, pero el anuncio se realizará en los próximos días. Ha habido algunos intentos de desmoralizar a los libaneses para que no implementen esta decisión, pero la reunión del presidente Michel Aoun con el Comité de Seguridad ha impedido todo retraso.

3- Ha habido algunos debates en el Líbano sobre la coordinación entre los ejércitos libanés y sirio, sobre la visita de ministros libaneses a Siria etc. Sabemos que hay una cierta parte libanesa que se opone a toda cooperación con Siria. Yo pido a esta fuerza que revise su posición porque el proyecto que apoyabais en Siria está a punto de hundirse o está ya hundido.

Dejad de lado vuestros rencores, ilusiones, esperanzas y sueños y pensad un poco. Observad lo que pasa en la región. Constatad que el EI está terminado; la oposición armada está en su peor estado y la oposición política sufre por la crisis de Qatar. Hasta los estados más recalcitrantes contra el presidente Assad están revisando sus posiciones, como sucede con Francia.

EEUU negocia con Rusia para preservar sus intereses en Siria.

Toda la comunidad internacional se ha expresado en favor de mantener al presidente Assad en el poder.

Siria es el único vecino del Líbano -puesto que en la otra frontera tenemos un enemigo- y es, pues, el Líbano el que tiene interés el mayor interés en hablar con Siria. Cuando el EI sea derrotado definitivamente y las fronteras se abran este interés será aún mayor.

Traducido por: Yusuf Fernandez

Al Yazira transmite íntegramente el discurso de Assad por primera vez


Varios activistas sirios han calificado en las redes sociales de “otro signo de la victoria de Siria” el hecho de que la cadena Al Yazira, que ha venido apoyando a la oposición siria y los grupos armados en estos últimos seis años de conflicto, haya transmitido en directo el último discurso del presidente Bashar al Assad al cuerpo diplomático en el Ministerio de Exteriores sirio.

El rótulo de la parte de abajo de la pantalla también describía a Bashar al Assad como “El presidente de Siria” mientras que en los pasados seis años él era llamado “el presidente del régimen” y se denominaba al Ejército sirio “el ejército de Assad”.

Al Yazira también ha estado llamando “rebeldes” a los terroristas y describiendo las acciones y actos de vandalismo de estos grupos como una “revolución”. Fue por esto que los sirios han llamado a Al Yazira “el canal de la incitación” y de la propaganda de los grupos armados que luchan ahora contra el Estado sirio. El canal emitía numerosas noticias y vídeos falsos con el fin de difamar al Estado sirio, como ha hecho también en el caso de Egipto y otros países.

Esta política de Al Yazira llevó a varias dimisiones entre su personal que denunció la cobertura informativa basada en falsedades.

Algunos analistas han apuntado a la actual crisis de Qatar con Arabia Saudí, EAU, Bahrein y Egipto como un punto de inflexión en la política qatarí y también de Al Yazira, cuyo cierre es una de las 13 demandas presentadas por este último bloque para poner fin al bloqueo terrestre, marítimo y aéreo de Qatar. El emirato depende ahora más de la ayuda en alimentos y corredores aéreos de Irán y esto puede tener un efecto naturalmente en la política exterior del Emirato, incluyendo el tema de Siria.

Las acusaciones de apoyo al terrorismo lanzadas contra Qatar y el fracaso de los grupos armados han llevado también al emirato a cortar su ayuda económica a la oposición siria, lo que viene a unirse al fin de la ayuda de Turquía a la Coalición Nacional Siria y al cierre de la oficina de esta última en París.

Ahora, los sirios bromean afirmando que “Al Yazira quiere volver al redil de la patria” una expresión que se utiliza para referirse a los opositores sirios que están regresando últimamente a Siria.

En todo caso, el hecho de que Al Yazira haya transmitido íntegro el discurso de Assad con el rótulo de “El presidente de Siria” ha llevado a que muchos analistas y expertos calificaran el discurso del presidente sirio en el Ministerio de Exteriores como “El Discurso de la Victoria”.